Por lo demás la vida sigue, el amor entra y sale de nuestras vidas como un ciervo esquivo al que todos deseamos matar a escopetazos pero que como siempre se nos escapa de las manos con la misma facilidad que un buen vino. Lo bueno es que como siempre los lunes hay una conversación amable, unas risas y un momento en el que todo se para y da gusto comer con los buenos amigos.
A "toro" pasado, solo cabe decir de esta semana de la constitución que los homenajes han sido sonados, y las risas del puente aun se escuchan por las calles del mercado de San Agustín, por los Campos Eliseos, y por supuesto por nuestro querido barrio de Matogrande ese que nos hace desear volver a disfrutar de lo único que vale la pena en este mundo... vuestra compañía.
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